miércoles, 28 de junio de 2017

EL PERRO QUE SE FUE.

Foto: José Espona

























EL PERRO QUE SE FUE.



Te has ido renqueando entre helechos azules
sangre en tus huellas, crujidos en el bosque.
La niebla con la niebla, lo oscuro con lo oscuro...

Ibas olfateando aquel rastro borroso
que señalaba el paso de un jabalí furtivo
o de alguna raposa
de aquellas que saltaban en tus sueños de perro.

La muerte, entretejiendo las zarzas del  cansancio,
te esperaba, harta ya,al borde del sendero
adormilada y vieja, tan vieja como tú.

Y los dos rezongando os internasteis hacia lo más espeso
como dos cazadores veteranos en su última salida

(Voy solo entre los árboles ahora
Su ausencia es mi silencio
y amortigua mis pasos entre los helechos.

Los troncos verticales de los eucaliptos
dejan caer, brutales, su corteza en jirones
sobre el desorden terco de la broza

El recuerdo se ha enredado en la hiedra
se funde con la escarcha
es un vapor lechoso que flota entre los musgos

Una forma confusa en los linderos
que fosforece y fluye y que se deshilacha
por el soplo del bosque en las antiguas zanjas.)

lunes, 6 de junio de 2016

EL PODEROSO.

   El poderoso.
   Foto, J. Espona; San Andrés Junio 2016.

CREER.

                                     Restos de santería; San Andrés, Junio 2016.
                                               Foto: J. Espona.



                                     CREER.

                                     Creer en lo horrible
                                     por horror al vacío.

ESCRITURA.

                             

                               ESCRITURA.
                               Foto: José Espona, San Andrés, junio 2016.

LATIDO DE LA LUZ.



Latido de la luz
esa materia
casi idéntica al alma
esa materia otra, inexplicable.

Contemplarla latir, fluir sin esfuerzo
tan poderosa y leve.

Imaginar entonces el momento preciso
en que al cerrar los ojos todo se vuelva luz

Y la tarde se cierre con un broche perfecto.


lunes, 16 de mayo de 2016

PEDAGOGÍA.












 PEDAGOGÍA.


En el libro "Cosas raras que se oyen en las librerías" Jen Campbell, Ed. Malpaso, leemos:

CLIENTE: ¿Tenéis libros con listas de profesiones? Quiero darle a mi hija algo que la oriente.

LIBRERA: ¿Va a empezar la universidad?

CLIENTE: No, todavía no...Está por aquí, ahora la llamo.¿Cariño? (Se acerca una niña de cuatro años.)

CLIENTE: Aquí estás...Habla con la señorita mientras voy a buscar un libro sobre doctoras, científicas, ejecutivas y abogadas. ¿Qué opinas? (La niña no abre la boca.)

CLIENTE ( a la librera ): No tardo nada. (El cliente se aleja.)

LIBRERA: ¿Cómo te llamas?

NIÑA: Sarah.

LIBRERA: ¿Sarah?¡Qué nombre tan bonito!

NIÑA: Gracias.

LIBRERA: ¿Y qué quieres ser de mayor?

NIÑA: Quiero ser abeja.

LIBRERA: Pues...Perfecto...



sábado, 11 de julio de 2015

EPITAFIO.

EPITAFIO

Hermanita, lo tuyo fué como enterrar un pájaro:
De ti ya no iban quedando
más que cuatro huesecitos y una sonrisa.

Si la avaricia, la cobardía, el cálculo
pesan sobre la tierra con torpeza
no habrá habido jamás una carga tan leve, tan hermosa
como tú atravesando el umbral de la Gran Puerta.

Tú, tan ligera, tan alegre, tan buena.

UN ADIÓS.

El Gran Viejo termina de escribir
el un cuaderno y traza la palabra 'FIN'.

Lo cierra y lo coloca allí, en la estantería
para que nadie, nunca, pueda volverlo a abrir.

miércoles, 17 de junio de 2015

EL ANTIGUO.

El otro día, mientras llevaba al perro al bosque -o el perro me llevaba a mí, no lo tengo claro- se me vino a la memoria, viendo el sol que está haciendo desde las últimas semanas, aquella vieja aldeana que sentándose en al librería Virgondoiro, enfrente de la Facultad de Historia de Santiago, respondiendo a un comwentario sobre una sequía parecida:
-!Máis val o que o sol deixa que o que a chuvia cría!
Refrán de país lluvioso, desde luego. Una respuesta propia de la "sabiduría popular" del rural decimonónico que sería sin duda el tiempo de su juventud.
Caí en la cuenta -allí, entrando en el bosque- de que yo he conocido en vida a muchísima gente del siglo XIX: todos los viejos de mi juventud habrían nacido en esos tiempos.
¡El siglo XIX!...y yo contemporáneo de ellos caminando por el XXI. Vaya...¡pues sí que soy viejo!

sábado, 6 de septiembre de 2014

BREVES.







"La cordillera". Óleo sobre lienzo y zinc.

Las inteligencias que operan por disección, matan la rana

***

Los adultos no existen

***

Ser hombre es mentir.

***

Renuncia a la precisión y comenzará la barbarie.

***