Como estoy convaleciente, veo un momento la televisión a media mañana. El abogado de un acusado de varias violaciones, que se ha suicidado en la càrcel antes de comenzar el juicio, lamenta el que se hubieran suprimido las medidas precautorias del suicidio unos días antes, y habla de su defendido como posiblemente inocente.
Esto desata la furia justiciera de un tertuliano, que se lo echa en cara, dándolo - naturalmente- por convicto, y dejando entrever una cierta condescendencia o satisfacción por el hecho de que el acusado se hubiera condenado a sí mismo a una inexistente -pero deseada- pena capital.
Responde el abogado muy juiciosamente que, estando el proceso bajo secreto sumarial y no habiendo llegado ni siquiera hasta él mismo las pruebas periciales, las afirmaciones y la condena establecidas por el tertuliano son sólo prejuicios aventurados.
A mí me hubiera gustado decirle al tal tertuliano: "Para un juicio con garantías,siempre hace falta alguien como ese abogado; para un linchamiento, siempre se necesita alguien como tú"
No hay comentarios:
Publicar un comentario