miércoles, 11 de marzo de 2009

PIMPININ VALENTIN BUREGHIN




La gigantesa, enorme, juega con sus muñecas, canta torpemente su dulce canción de cuna mientras es bañada solícitamente como una niña. Su fuerza solamente sirve para bromas o desafíos de circo. Los enanos, diminutos, paternales y maliciosos, son adultos. Lo grande es pequeño; lo pequeño, grande.

Y el viento, soplando alrededor del hombre dormido, barre despiadado el envejecido paisaje de esa belleza sin sentido.

2 comentarios:

Carmen dijo...

¡Qué impresionante y triste! No conocía el vídeo (? ya no sé como se llaman las cosas estas visuales).

josé el oso dijo...

Pues es una secuencia de Casanova de Fellini (Venía estos días el DVD en la colección ¡cine erótico! de EL PAÍS.