Foto José Espona. Puerta de Brandenburgo.
El hombrecito verde -y el rojo- nacido en la DDR, aún permanece intermitentemente vivo en las calles de Berlín, por presión popular.
Lo que quedó de una historia de décadas de muertos y amenazas de hecatombe nuclear es eso. Un señor luminoso con sombrero.
La historia, a veces, parece una burla sangrienta, pero ridícula hasta el esperpento.
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