José Espona: DEL HIELO, Óleo y sintético sobre metal.
Mira la superficie espejeante de un lago de agua helada
que de apartado ya no tiene ni nombre, es la pureza
de la nieve fundida tan cercana al hielo
como a la plata turbia de la madrugada.
Ahora flotan limones, basculando, amarillos
pezones de oro en aquella desolación donde algún río vierte
un aroma de enebro, un sopor encantado
que confunde los bordes del cristal,
con un temblor pequeño bajo la niebla hipnótica.
Y el sabor de lo amargo trae de pronto un relámpago,
un frío, un tiempo huérfano que sobrecoge el ánimo
y ganas de tener ganas de soñar.
7 comentarios:
Me encanta la poesía Jose;me entran ganas de tomar un gin tonic ... a la atardecida.
¡Ah, muchacho!...con la atardecida llega para desear un gintónic. Abrazos.
¡Un gélido, amargo y hermoso poema!
Me ha encantado.
Gracias, estimada colega.
Lo conseguí......
Pero ya me he bebido el gintonic y me he quedado sin palabas......Maribel
Necesitas otros dos para recuperarla!
Puedo oír las burbujassssssss.
Fantástico.
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