Imagen y texto de José Espona
"De las nubes", detalle. Óleo sobre lienzo
Vino entonces un deslizarse de piedras
planas, muy lisas, completamente negras y cubiertas de filamentos de
algas o de musgo en el fondo de un lago frotándose absurdamente en
un misterioso vaivén como movidas por una corriente profunda ante
la mirada entre gélida y atónita de unos cuantos peces de flancos
plateados que permanecen como siempre silenciosos.
O varillas de fósforo partiéndose con
un súbito chasquido y dejando escapar astillas de luz pálida y
chispas de color amarillo pajizo con vetas de un naranja
resplandeciente y puntos verdes, al tiempo que se escuchan ruidos
como de pasos pequeños en el agua.
O cortinajes espesos de terciopelo
púrpura por entre los que se desliza como si flotase una figura
borrosa, indefinida, fluorescente, que los roza al pasar emitiendo un
susurro, un ritmo tibio.
O un niño que se esconde en un ropero
enorme donde vuela fantasmagóricamente el perfume de la madre.
O un cesto embetunado en medio de las
olas en el que viaja un bebé recién nacido abandonado a un mar
tempestuoso que perdona sin embargo su desvalimiento.
O un burrito pastando los prados del
Edén mientras aguarda la felicidad de un mágico rebuzno que haga
surgir el sol.
Cosas así.
2 comentarios:
Hola!
No sé cómo he llegado hasta aqui pero me ha gustado esta entrada y me he puesto a leer el blog.
me ha gustado bastante, la verdad. Te sigo para poder leerte de vez en cuando.
te invito también a pasarte por mi blog personal: El escondite de los delirios.
Espero que te guste.
Saludos!
me gusta! seguime!
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