sábado, 11 de julio de 2015

EPITAFIO.

EPITAFIO

Hermanita, lo tuyo fué como enterrar un pájaro:
De ti ya no iban quedando
más que cuatro huesecitos y una sonrisa.

Si la avaricia, la cobardía, el cálculo
pesan sobre la tierra con torpeza
no habrá habido jamás una carga tan leve, tan hermosa
como tú atravesando el umbral de la Gran Puerta.

Tú, tan ligera, tan alegre, tan buena.

UN ADIÓS.

El Gran Viejo termina de escribir
el un cuaderno y traza la palabra 'FIN'.

Lo cierra y lo coloca allí, en la estantería
para que nadie, nunca, pueda volverlo a abrir.

miércoles, 17 de junio de 2015

EL ANTIGUO.

El otro día, mientras llevaba al perro al bosque -o el perro me llevaba a mí, no lo tengo claro- se me vino a la memoria, viendo el sol que está haciendo desde las últimas semanas, aquella vieja aldeana que sentándose en al librería Virgondoiro, enfrente de la Facultad de Historia de Santiago, respondiendo a un comwentario sobre una sequía parecida:
-!Máis val o que o sol deixa que o que a chuvia cría!
Refrán de país lluvioso, desde luego. Una respuesta propia de la "sabiduría popular" del rural decimonónico que sería sin duda el tiempo de su juventud.
Caí en la cuenta -allí, entrando en el bosque- de que yo he conocido en vida a muchísima gente del siglo XIX: todos los viejos de mi juventud habrían nacido en esos tiempos.
¡El siglo XIX!...y yo contemporáneo de ellos caminando por el XXI. Vaya...¡pues sí que soy viejo!