martes, 23 de junio de 2009

MACHISMO



Francisco de Goya "Duelo a garrotazos",1820-26
Öleo realizado sobre muro, traspasado a lienzo
123 x 266 cm


La atribución de las llamadas Pinturas Negras de Goya es ahora muy discutida, tanto en cuanto a su autoría como en cuanto al aspecto con el que han llegado hasta nosotros.

Por ejemplo, en esta "Riña a garrotazos", según los expertos, los contendientes no estaban, en la imagen original, enterrados hasta la rodilla, sino de pie sobre el suelo. Y, sin embargo, este detalle -que, nos dicen, se añadió siplemente para modificar las proporciones de la obra- ha dado en ser fundamental, al ser el que le da a esta pintura su acento más trágico en la descripción icónica de la brutalidad.


Pero yo la traía al blog por otro asunto. Me interesaba ejemplificar como la violencia machista, al contrario de lo que se nos repite en los medios, no está dirigida primordialmente hacia las mujeres. El machismo no es un esquema ideológico centrado en la superioridad de los hombres sobre las mujeres. En una cárcel, un cuartel, un internado masculino, o en una pelea de verbena no hay mujeres, ni una, y el machismo y la violencia machista resplandecen como nunca con todo su brillo animal.

El sexismo que hay en el machismo es una derivación secundaria. De hecho, cuando el machismo se ve humanizado por el sentido ceremonial del enfrentamiento caballeresco, las mujeres quedan apartadas de la violencia. No se pelea con ellas, antes bien, se soportan pequeñas ofensas físicas con un desdén paternalista: "manos blancas no ofenden". Pegarle a una mujer sería deshonroso, como pegarle a un niño o a un anciano.

Porque lo que constituye propiamente el machismo es la jerarquización del grupo mediante la brutalidad física, y su instrumento, lógicamente, es el enfrentamiento físico entre hombres que es con quienes se compite.

Naturalmente que quien adopta como lenguaje la brutalidad -y es muchas veces admirado por ello, porque es "muy hombre", un "tipo duro"- tarde o temprano dirigirá su violencia a quienes le rodean. Sea porque se le enfrentan, sea porque al ser físicamente débiles son objeto de desprecio y se consideran sometidos a su poder, los hijos, la novia o esposa, los padres incluso, pueden ser agredidos o vejados.

También agredidos, es cierto, pero no principalmente. La "contradicción principal" de la mentalidad machista no está formada por el binomio hombres/mujeres, sino por la oposición, en establecimiento de las jerarquías de un grupo social, entre brutalidad e inteligencia, entendida aquí la inteligencia en un sentido lato que incluyese la sensibilidad, la cual no deja de ser una forma de conocimiento, de apreciación de matices.

Quizá aplicando este punto de vista, la crítica a la violencia machista fuese más adaptada a la realidad de la violencia en nuestro país, menos sexista, y, en fin, más amplia, más radical y más útil.

10 comentarios:

Carmen dijo...

La verdad, José, impresionante. No sé cómo haces para tener tal agudeza y un punto de vista siempre tan original. Gracias, de nuevo: tengo que pensar.

La piedra imán dijo...

Es que me chocaron hace tiempo ciertas contradicciones -por cierto, contradicciones estadísticas, mira tú- del discurso establecido; y tirando, tirando del hilito,...eh, y gracias a tí por las visitas!

Jorge Barreiro dijo...

Me gusta ver las cosas desde diferentes angulos, me gusta tu entrada Jose, da opcion a meditar largo sobre el tema. me gusta la definicion "....el machismo es la jerarquización del grupo mediante la brutalidad física, y su instrumento...."

josé dijo...

Por eso importa oponerse a esa mentalidad; no tanto por ponerse al lado de las mujeres en cuanto a discriminadas, que está bien, sino por propio interés, por desembrutecerse.

FÉNIX dijo...

Brillante. Asomé por este blog, la primera vez, tirando del hilo desde el de Bérnar Freiría (suele dejar buenos hilos para tirar dellos...), y entonces me sorprendieron, por lúcidas, independientes y valientes, las reflexiones en torno a la violencia de género. Como estaba tan de acuerdo en el enfoque, nada quise añadir. Pero hoy, como estoy de día charlatán, entro aquí a redundar un rato. Acerca de ese último comentario..., que llevo años planteándolo: ¿porqué considerar la lucha contra el machismo como un asunto de y para las mujeres? Que también, vale. Pero, ¿no son los hombres -varones- quienes se liberan de atávicas cadenas y evolucionan y se enriquecen al dejar el machismo atrás? Con ellos, claro, gana la humanidad entera. Da gusto encontrar luces que tan bien alumbran este asunto...y la maestría con que lo expones, Jose. Gracias y enhorabuena.

La piedra imán dijo...

Eso que dices está empezando a ser una tendencia que se va abriendo paso en las reflexiones de mucha gente...hay un punto de vista de los hombres que no es machista, pero tampoco feminista, que destaca cómo nos condiciona no sólo el machismo sino el sexismo, el cual reparte tareas, obligaciones y formas de estar en el mundo que no han sido analizadas ni criticadas en algunos aspectos de importancia. Al respecto recomiendo una intervención sencilla pero sorprendente de Óscar Guasch en unas Jornadas por la Igualdad que constituye un ejemplo de una forma masculina de ver la crítica al sexismo y las condiciones para la igualdad.
No sé poner enlaces, pero creo que con esos datos te saldrá en Google. Enfin...un saludo, camarada!

FÉNIX dijo...

Ahorita mismo lo busco, thanks. Vuelvo porque se me olvidó añadir una obviedad que la mayoría parece no ver: el feminismo es sexista. Por cierto, que en ese enfoque de los hombres que no son machistas y tampoco feministas (objeto al "pero"), confluyen con las mujeres que no somos feministas Y tampoco machistas. Queda moito por andar, saúde!

Cristina Morano dijo...

Estimados amigos: efectivamente los hombres son también víctimas de este sistema de producción, una de cuyas caractersiticas es el machismo.
No puedo darles referencias directas porque recién estoy empezando a leer teoría feminista del siglo XIX, pero la denuncia de la AGRESIVIDAD, de las FIESTAS donde se experimenta con la velocidad y la muerte –del tipo carreras de motos o novilladas–, etc. ya fueron puestos en relieve por los feminismos de los años 60 (pueden buscar en Internet), que consideraban la construcción del "hombre" como un sistema de tortura y reclamaban la construcción de otros "sexos" y otras identidades fuera de la norma machista.


Cristian Morano

Irukina dijo...

Me ha encantado tu reflexión. La idea de violencia machista no como algo contra las muejres sino como un carácter que se puede dar entre algunos hombres. Muy muy interesante. Una vuelta de tuerca sorprendente

Anónimo dijo...

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