viernes, 29 de enero de 2010

DANZA



Un espectáculo es algo que propone admiración. No es lo mismo mostrar un texto, una pintura, hacer escuchar una melodía, que ejecutar ante el público acciones que le son difícilmente realizables.

Los intérpretes profesionales de música clásica rechazaban antaño la gesticulación y la insistencia en las dificultades, para centrarse la precisión formal y en los matices de contenido. Pero como toda la cultura tiende actualmente al espectáculo, ahora a los instrumentistas casi se les exige que exhiban una mímica emocional. Como ejemplo, puede verse la comparación entre una interpretación de Horowitz y otra de Lang Lang. Y como parodia, un concierto de cualquier figura del rock.

La danza, acción sin palabras, es por definición espectáculo. O disfrute personal: la primera emoción que despierta en mí la actuación de un bailarín es la envidia.

¿Qué transmite en mayor medida el bailarín ¿belleza o agilidad? ¿Es un artista plástico o un artista circense? ¿Narra o exhibe? ¿es una escultura o una asombrosa máquina anatómica?

La verdad, la danza resulta para mí un arte profundamente enigmático y extraño.A lo mejor es sólo un juego. O la liberación mágica del cuerpo.

4 comentarios:

Txomin Goitibera dijo...

Se pelea contra la gravedad... y queda en tablas.

El butoh es una de las formas más inquietantes de danza que conozco.

Soy dijo...

Pues no tengo apenas idea sobre danza, esta pieza es bellísima. Cada post es una sorpresa. todo lo que hay para observar, aprender. Un mundo.

La piedra imán dijo...

Todos los años -casi- hago una escenografía enorme (90 m2 de fondo)
para un ballet. Y aún así sigue pareciéndome un arte difícil de ver desde fuera. Lo dicho: envidia sobre todo.

La piedra imán dijo...
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