sábado, 16 de enero de 2010

LA CINTA BLANCA




El horror de contemplar el horror, de sentir durmientes astillas de ese horror enquistadas en el interior de la propia alma, de imaginar la posibilidad de formar parte de él...

2 comentarios:

Txomin Goitibera dijo...

Magistral. Cuánta sobriedad para una escena tan intensa.

Nada menos que la conciencia de la muerte y con ello el ingreso en la humanidad.

La piedra imán dijo...

¿La has visto?...merece la pena. Y nunca mejor dicho, lo de la pena.