sábado, 11 de julio de 2015

EPITAFIO.

EPITAFIO

Hermanita, lo tuyo fué como enterrar un pájaro:
De ti ya no iban quedando
más que cuatro huesecitos y una sonrisa.

Si la avaricia, la cobardía, el cálculo
pesan sobre la tierra con torpeza
no habrá habido jamás una carga tan leve, tan hermosa
como tú atravesando el umbral de la Gran Puerta.

Tú, tan ligera, tan alegre, tan buena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermanita querida, allá en el Cielo, bajo un hermoso limonero, volveremos a encontrarnos. Hablaremos entonces sin prisas, en nuestro Cielo de brillantes estrellas. Volverá a soplar suavemente para nosotras un cálido aire de verano mientras tomamos café caliente en un hermoso cuenco de barro. Eternamente felices, hermanita, eternamente.

Susana Bamonde dijo...

Emotivos comentarios que a ella le hubiera encantado escuchar, ahora ella si que vuela libre, como un pájaro, por el limonero, rozando las crestas de las olas, iluminando con alegría allí por donde pasa, como nos tenía acostumbrados.
Un beso a los dos