sábado, 31 de marzo de 2012

INELUCTABLE.

FOTO: José Espona

 No voy a ser yo quien discuta con argumentos económicos esa especie de  emanaciones de lo ineluctable que nos están cayendo encima: recortes presupuestarios, leyes restrictivas, amenazas de catástrofe...

Que la situación anterior era una pelota hinchada hasta lo demencial por un proceso feed-back de crédito y consumo a todos los niveles al que se le iban poniendo parches sobre la marcha a base de martingalas financieras y esperanza, mucha esperanza , estaba claro para cualquiera que tu viese interés en verlo.
Pero de todos modos quiero, al menos, dejar constancia de mi perplejidad hacia la siguiente comparación de panoramas:

Primera escena: Fin de la segunda guerra mundial.  Los países europeos, especialmente Alemania, arrasados hasta los cimientos; las fábricas, los bancos las oficinas ministeriales, los puentes, los ferrocarriles, las instalaciones portuarias...convertidos en escombros.  La población, diezmada - especialmente la de los europeos de origen judío que eran, en un porcentaje significativo, personas ligadas al sector productivo, financiero y científico más avanzado- las instituciones deshechas y necesitadas de refundación, las fronteras alteradas en un reparto general de despojos...

En este escenario desolador se produce seguidamente un renacimiento de los estados, de la producción y de la economía que lleva a una etapa de prosperidad nunca antes conocida. Y precisamente construido  bajo una perspectiva de estado de bienestar, acuerdo con los sindicatos y apoyo a las iniciativas de cohesión social y democracia.

Segunda escena: A los trileros de las finanzas y a sus adláteres políticos se les rompe el cubilete y quiebran varios bancos. Hay problemas de liquidez, los negocios no marchan, la deuda mundial es incobrable  y hay peligro de recesión. ¡Anda! ahora la receta exige eliminar precisamente la perspectiva de cohesión social bajo la que, partiendo de una situación mil veces más desastrosa, la Europa de posguerra se levantó de sus cenizas.

Ya sé que los entendidos de tertulia que nos sermonean desde los medios de formación de masas, que diría don Agustín, lo tienen claro. Pero como hace tres o cuatro años tenían claro que nuestro desarrollo era imparable, yo ya no les tengo mucha fe. Más bien me parece que nos están dando el timo. El timo del siglo, ni más ni menos.


3 comentarios:

Txomin Goitibera dijo...

El timo del siglo efectivamente. Lo digo porque uno de los argumentos recurrentes de muchos de esos enteraus es el de que estamos en el siglo XXI. Como si el calendario tendría poderes, tú.

Aquí unos trileros pretendiendo que cuele que la culpa de la crisis es del socialismo (sic) Y se quedan tan anchos. http://www.youtube.com/watch?v=hOz1wiS_678&feature=player_embedded

El vídeo se comenta por sí mismo.

Impagable Huerta de Soto en la mecedora.

Pd/Otra joya de Huerta de Soto. El Imperio Romano cayó por el socialismo... Sí, has leído bien:

http://www.youtube.com/watch?v=6PcaciZean4

Chocapic dijo...

Brillante reflexión. Exquisita redacción. Da gusto leerte.

La Piedra Imán dijo...

Lo del Imperio Romano me ha convencido. Zapatero tenía efecto retroactivo.

Ah! y gracias por tu comentario, operadora Chocapic.