lunes, 19 de octubre de 2009

LA PESCA DE LA VACA EN EL MIÑO





Últimamente -los últimos cincuenta años, concretamente- mis relaciones con los animales son algo extrañas. Este domingo, en una excursión en piragua por el Miño descubrí una vaca que había caído al río. Allá se apiñó toda la excursión, pero no hubo manera de moverla del sitio, hasta que llegaron los bomberos y consiguieron sacarla a fuerza de poleas y de los empujones de quienes se quedaron allí. Yo ya me había ido, pelado de frío, a buscar una parte soleada de la orilla tras haber puesto mi parte de voluntad salvadora (véase foto). Inútilmente, por supuesto. La cosa acabó más o menos bien para la vaca: No se reencarnó en un búfalo sobre la pradera infinita del cielo de los bóvidos, pero tampoco finalizo acuáticamente una vida terrenal.

5 comentarios:

Patricia dijo...

Esta foto me recuerda aquellas películas del Oeste que nos ponían todas las tardes de los sábados cuando eramos niños. En las caravanas siempre había alguna carreta con familia dentro que se atascaba al cruzar un rio o en las arenas movedizas (ahora ya no se mueven tanto) y entonces los hombres hacían su función.....
Es como de otra época.

Lucía dijo...

De verdad, lo que no te pase a ti.. XDD

La piedra imán dijo...

Sí, gracias, pero...me asalta una paranoia higiénica viendo el color ocre amarillo del río...¿las vacas cagan debajo del agua?

La piedra imán dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Soy dijo...

Seguro que sí José que cagarán bajo el agua, éllas carecen de nuestros prejuicios, pero somos nosostros los que envenenamos el agua. Los animales son seres muy especiales.