jueves, 14 de abril de 2011

VELOCIDAD Y TIEMPO



En esta reliquia cinematográfica tenemos una mágica ventana al pasado y, paradójicamente, al presente. No hay guión, no hay actores. La acción esta compuesta tan sólo de desplazamientos para nosotros aleatorios. La vida carente de narratividad, tal cual es.

En ella ningún momento se encuentra -al contrario que en una obra literaria- en función del futuro. Las cosas ocurren por mil razones contrapuestas y de su combinación resultan otras cosas igualmente aleatorias. Sólo la recapitulación las engloba, simplificándolas bajo la horma de un punto de vista.

Tan banal y fantástica como la vida, la filmación se labra deslizándose a través de los hechos sin vincularlos, sin explicarlos, en medio de un caos mudo que se aglomera en nódulos de significado que tal como se forman se disuelven. Puro presente, vida.

4 comentarios:

Inés González dijo...

Preciosa esta reliquia cinematográfica José, como acertadas tus conclusiones, no obstante yo agregaría, que detrás del caos, la agitación y la banalidad discurrente, se esconde cierta ingenuidad en la mirada de ese "ojo de dirección única". Nunca el Caos es sin consecuencias y jamás de él salimos indemnes, más allá de la banalidad de las intensiones.
Ojalá la vida discurriese acomodada como ese ojo lo ve!
Si observas bien no hay atropellos, ni accidentes, ni aplastamientos, nada más lejos de la realidad.
Un saludo

Shandy dijo...

Sorprendente filmación del presente del pasado. Y sorprendente el discurrir de la caótica convivencia entre personas, troles, automóviles, carros de caballos, bicis... Una perfecta anarquía, sincronización de tiempos y velocidades.

(Llego hasta este cuaderno por invitación de Inés)

Saludos

LA PIEDRA IMÁN dijo...

¿Vivimos en el orden o en el caos?...las apariencias están fabricadas para engañarnos. ¿Qué dirá un ojo futuro, lejano, de nuestro orden? Y la conciencia del peligro de nuestra vida: ¿Es real o fruto de que se nos haga conocer el mal que ocurre en cualquier parte, un mal que, si nos fijamos, afecta más a nuestra conciencia que a nuestra vida cotidiana. Ah, y yo, que voy todos los días a trabajar a 10 Km de casa en bicicleta, espero salir indemne!

Txomin Goitibera dijo...

Y sin embargo, a medida que lo iba viendo, me preguntaba si esa torre que se ve al fondo aparecería nítida y cercana. Lo cierto es que la torre se va aproximando y el espectador asiste como hipnotizado a esa progresión. También el espectador se sorprende con cada tranvía que se cruza en sentido contrario.

El argumento lo vamos construyendo nosotros mismos a medida que se suceden las cosas sin que la grabación nos lo suministre. Tendemos a "geometrizar" y racionalizar la realidad independientemente de cómo sea.

Un saludo.